Le dijeron que no había dioses, ni mitos ni ritos, ni cielos ni infiernos, ni siquiera que se fiara de su imaginación, de sus emociones o de su intuición, y mucho menos que creyera en la magia.
Y se quedó sola la razón razonando.
Y se murió de pena.
Pero no soltó ni una lágrima.
3 comentarios:
Uhh se sintió extraño éste..
igual tiene razón..
Woow! Que bueno!
Gracias por tu comentario. Muy interesante tu blog, el mío es el primero que me hago y espero seguir publicando, está entrete la cosa.
Cuídate, un beso.
Adiós.
Cuatico, y muy bueno.
Saludos
Publicar un comentario